Durante años, Gwyneth Paltrow ha mantenido en secreto ciertos detalles de su relación con Brad Pitt. Aunque la actriz ha hablado públicamente de su romance con el galán de Hollywood, recientemente ha confesado algo que muy pocos sabían. Una revelación que arroja luz sobre una historia que parecía de cuento, pero terminó con un amargo final que ella misma resume con una frase contundente: "Lo arruiné".
Corría la década de los 90 y ambos estaban en la cima de sus carreras. Él, ya una superestrella; ella, en pleno ascenso, pero bajo el brillo de la fama y las alfombras rojas se escondía una realidad emocional compleja. ¿Qué ocurrió realmente entre ellos? ¿Por qué Gwyneth asume hoy toda la culpa?
Gwyneth Paltrow revive su historia de amor con Brad Pitt
Todo comenzó en el otoño de 1994, cuando a Gwyneth Paltrow se le presentó un dilema profesional en el que debía elegir entre coprotagonizar con Keanu Reeves o con Brad Pitt. Su amiga fue tajante: "¿Con quién quieres salir?". Gwyneth eligió a Brad, y ahí comenzó una historia que parecía sacada de una película romántica.
Durante el rodaje de Seven, las miradas se convirtieron en complicidad, y estas en amor. "Si no se hubieran enamorado habría sido una sorpresa, fue amor a primera vista", declaró Michael Kaplan, diseñador de vestuario de la cinta.
Paltrow, que al principio pensó que Brad era un estereotipo de estrella de Hollywood, se sorprendió: "Pensaba que sería otro típico chico estrella. Y no lo era, era una buena persona. Lo supe el primer día en el set".
Gwyneth provenía de una familia culta y con influencia en Hollywood; Brad, fue criado en una estricta familia bautista de Missouri. "Cuando vamos a restaurantes y pedimos caviar, tengo que explicarle: 'esto es Beluga y esto es Oscietra'", decía ella entre bromas.
Las tensiones no tardaron en aparecer. Brad era impuntual, lo que irritaba a la perfeccionista Gwyneth. Algunos de los amigos de ella pensaban que no eran compatibles: "Lo único que compartían era la fama, y eso no parecía suficiente".
Aun así, cuando ella fue elegida para protagonizar Emma, él la acompañó a Londres durante el rodaje. Su presencia imponía, hasta el punto de conseguir saltarse el estricto código de vestimenta del hotel Berkeley.
Con el paso del tiempo, las dudas comenzaron a pesar. Durante una conversación en pleno rodaje, Gwyneth admitió no estar segura de si Brad era el hombre adecuado. Incluso reconoció sentirse atraída por Hugh Grant.
En 1997, viajaron juntos a Moscú para un evento de Marie Claire Rusia. Gwyneth seguía apostando por la relación: cocinaba para él, organizaba planes. Brad, en cambio, tenía actitudes que la desconcertaban: "¿De verdad crees que deberías ponerte eso? ¿No es muy transparente?", le preguntaba sobre su ropa.
El célebre maquillador Kevyn Aucoin fue uno de sus confidentes. Gwyneth se tumbaba en su sofá, llorando por Brad. Algunos allegados aseguraban que él se sentía amenazado por el éxito de ella y que podía llegar a ser emocionalmente hiriente.
Gwyneth Paltrow confiesa cómo fue la ruptura con Brad Pitt
La relación ya estaba debilitada cuando, a finales de 1996, Brad viajó a Argentina, donde Gwyneth rodaba Siete años en el Tíbet. El motivo fue una propuesta de matrimonio. Y para sorpresa de todos, ella aceptó.
Seis meses después, todo terminó. Algunos aseguraban que Brad estaba agotado emocionalmente. Otros apuntaban a que Gwyneth había frenado sus planes de boda o que hubo una posible infidelidad durante el rodaje de Sliding Doors.
Con el paso de los años, Gwyneth ha asumido su responsabilidad con una frase que resume su arrepentimiento: "Lo arruiné, Brad". En 2017, volvió a hablar del tema: "Tenía 22 años cuando lo conocí, pero no estaba lista. Él era demasiado bueno para mí".
Esa confesión pública marcó un punto de inflexión en la visión que el público tenía sobre su ruptura. A pesar del tiempo, algunas heridas permanecieron abiertas. Cuando Brad se casó con Jennifer Aniston en 2000, Gwyneth evitó responder a la prensa: "¿En serio me estás preguntando esto?".
Pero en privado, sus palabras fueron menos diplomáticas. Solía decir que se sintió triste al enterarse y remataba con una frase punzante: "Brad tiene un gusto horrible para las mujeres". Incluso durante una cena con Aerin Lauder, heredera de Estée Lauder, dejó caer un comentario mordaz: "Es más tonto que Abundio".
A pesar de haber rehecho su vida con Chris Martin y después con Brad Falchuk, la historia con Brad Pitt permanece en su memoria. Años después, ella misma asumió la culpa de su final con una confesión sincera. Aunque sus vidas tomaron rumbos distintos, el recuerdo de aquel amor sigue generando titulares y despertando emociones.