Joaquín de Dinamarca ha dado un paso inesperado que ha sorprendido a muchos. El hermano del rey Federico X ha permitido que un popular reality show danés grabe en su antigua residencia familiar. Se trata del castillo de Schackenborg, un lugar que ha sido testigo de la vida del príncipe durante más de dos décadas.
Esta decisión ha generado gran interés y ha sido considerada como una apuesta clave para el futuro del palacio. Durante 21 años, Joaquín vivió en Schackenborg junto a su familia. Primero con su exesposa, la condesa Alexandra, y luego con la princesa Marie, en este castillo nacieron muchos recuerdos familiares.
Incluso celebraron allí su banquete de bodas en 2008 y donde ha pasado grandes momentos junto al rey Federico. El príncipe ha mantenido siempre un fuerte vínculo emocional con el lugar. “Schackenborg fue mi casa durante muchos años y aún es un sitio al que voy para encontrar la paz”, ha declarado recientemente.
Joaquín de Dinamarca, hermano de Federico X, ha pasado grandes momentos en su castillo
El pasado 5 de diciembre, coincidiendo con el Día de la Constitución, el histórico castillo barroco ha servido como escenario para una cita muy especial del reality Granjero busca esposa. La grabación ha mostrado sus jardines versallescos como un marco de ensueño para el amor.
La noticia ha sido confirmada por la cuenta oficial del castillo, que ha compartido imágenes del rodaje con entusiasmo. “Aquí, entre un entorno histórico y de cuento de hadas, TV2 encontró el lugar perfecto para una cita romántica”, han escrito.
Este movimiento no ha sido solo simbólico. Ha representado un giro estratégico para la Fundación Schackenborg, que ahora gestiona el lugar. Tanto Joaquín como Marie son patronos de esta institución.
Al permitir la filmación, han buscado dar visibilidad al castillo y atraer nuevos visitantes. Es un paso pensado para asegurar el mantenimiento de la propiedad, cuyo coste motivó la salida de la familia en 2014.
Joaquín de Dinamarca está dispuesto a atraer a más público
Además, Schackenborg ha abierto sus puertas al público con experiencias exclusivas. Se ofrecen cenas gourmet, alojamiento en suites de lujo y visitas a los jardines reales. Los precios oscilan entre 270 y 1.000 euros e incluso es posible hospedarse en la antigua residencia del administrador, reacondicionada por la princesa Marie.
Con esta medida, Joaquín ha demostrado que la realeza puede adaptarse a los tiempos. Ha apostado por la sostenibilidad de su legado. Y, sobre todo, ha convertido el recuerdo de un hogar en una oportunidad para el futuro.