El rey Juan Carlos I tiene previsto volver en los próximos días a Sanxenxo. El motivo es retomar su participación en las regatas a bordo del “Bribón”. Además, aprovechará para reencontrarse con sus amigos de confianza en la localidad gallega.
Sanxenxo se ha convertido en su lugar de referencia en España desde 2020. Cada visita desde Abu Dabi refuerza el vínculo personal que mantiene con la zona. El municipio le ofrece discreción, comodidad y el entorno náutico que tanto disfruta.

Su regreso esta vez llega en un momento especialmente delicado. La expectación mediática crece ante el lanzamiento de sus memorias oficiales que saldrán a la venta el próximo 12 de noviembre.
Memorias que prometen revelaciones
Estas memorias han sido presentadas como un relato sincero de su vida. La obra abordará tanto su trayectoria institucional como aspectos íntimos. Por ello, cada movimiento del emérito despierta nuevas interpretaciones.
Muchos esperan que el libro aclare decisiones controvertidas del pasado. También podría contener reflexiones sobre su marcha de España o la relación con su hijo, el rey Felipe VI. Todo ello mantiene en vilo a la opinión pública.
Además del foco editorial, hay otra vertiente que empieza a tomar fuerza. Don Juan Carlos sopesa un nuevo viaje privado a Portugal. Según fuentes cercanas, quiere estudiar opciones para adquirir una residencia allí.

Portugal, un nuevo punto de apoyo
Estoril y Cascais son los destinos que más le atraen. Son zonas con significado emocional y conexión histórica para la familia Borbón. Allí vivieron los reyes don Juan y doña María de las Mercedes durante su exilio.
La idea sería contar con un punto de apoyo más cercano a España. Esta alternativa europea le daría mayor flexibilidad que la que tiene en Abu Dabi. También le permitiría moverse con mayor facilidad por el continente.
Este viaje a Portugal aún no se ha confirmado oficialmente. Pero forma parte de una estrategia que él mismo está diseñando a medio plazo. De hecho, está asesorándose con amigos muy cercanos para tomar la decisión.

La imagen pública del emérito, de nuevo en juego
Mientras tanto, vuelve a hablarse de su estado de salud. En los últimos meses se le ha visto caminar con bastón o asistido por colaboradores. Aun así, el propio don Juan Carlos niega tener problemas de movilidad.
Su reacción ante preguntas incómodas fue firme y cortante. Especialmente cuando se le insinúa cierta dependencia física. Esa actitud ha sido interpretada como una defensa de su autonomía e imagen.
Todo esto ocurre mientras se aproxima el lanzamiento de un libro que podría remover muchas emociones. Tanto dentro como fuera de la familia real. Su figura vuelve a situarse en el centro del debate social y político.
Sanxenxo como escenario clave
En este contexto, Sanxenxo cobra un nuevo significado. No solo es el escenario de sus regatas, sino también su lugar de desconexión. Allí se siente arropado por un círculo íntimo que no le falla.
En cada visita, don Juan Carlos refuerza la imagen de normalidad que desea proyectar. El entorno marítimo, la actividad deportiva y la cercanía de sus amigos forman parte de esa narrativa. El “Bribón” se ha convertido casi en símbolo de su resistencia personal.
Pero la combinación de biografía explosiva, rumores de mudanza y dudas sobre su estado físico sitúan cada paso bajo el escrutinio. El rey emérito, pese a su retiro, no logra abandonar del todo el foco mediático. Su figura sigue generando debate y atención.