El chef más querido de la televisión ha vuelto a sorprender a su audiencia. Karlos Arguiñano, al frente de su programa Cocina abierta en Antena 3, ha protagonizado hoy un momento de lo más entrañable. Y es que, en plena grabación, ha decidido pausar su receta para contar un secreto de su infancia.
Secreto que ha dejado enternecido a sus seguidores… y a su propio hijo, Joseba Arguiñano, que le acompañaba en plató. Lo que prometía ser una receta más se ha transformado en un viaje emocional al pasado, con sabores, recuerdos y mucho cariño.

Karlos Arguiñano revela un tierno y emotivo recuerdo de su infancia
Mientras preparaban un original plato de endivias, pera y queso azul, Karlos Arguiñano ha rememorado un momento muy especial de su niñez. Todo ha comenzado cuando ha tocado el turno de garrapiñar algunos ingredientes.
Este gesto ha despertado en el chef un recuerdo muy preciso y emotivo que ha querido compartir con sus fans y con su hijo Joseba. Así, ha afirmado: “Yo recuerdo cuando era chaval, cuando tenía 8 o 9 años. En las fiestas siempre solían venir y hacían almendras garrapiñadas”.
“La verdad es que estaban muy ricas”. Así, lo ha confesado el veterano chef con una sonrisa nostálgica, mientras sus manos seguían en movimiento en la cocina.
Lejos de ser una anécdota más, la confesión ha venido cargada de emoción. Y es que ha explicado que esas almendras dulces eran uno de los grandes placeres de cuando era niño, ligadas a celebraciones, familia y alegría.

Pero también ha aprovechado para elogiar el presente y destacar cómo algunas tradiciones siguen vivas gracias a personas muy cercanas. Y es que ha añadido: “Pero las más ricas, sobre todo, las suele traer ahora la cuñada Mireia. Una abuela o una tía suya suelen traer unos tarros”.
Joseba no ha tardado en sumarse a la conversación con entusiasmo, pues sabía a cuáles se estaba refiriendo. De ahí que ha manifestado: “Y les sacan el caramelo riquísimo, que se ha quedado moradito. Sí, tienen una película brillante”.
Karlos Arguiñano sorprende también a su hijo con un recuerdo de televisión
Pero la sesión de cocina y confidencias no ha quedado ahí. El preparar endivias con queso azul, en concreto, ha despertado otro recuerdo en Karlos Arguiñano, esta vez relacionado con su larga trayectoria en televisión. Ha decidido entonces compartir un nuevo detalle que su vástago desconocía por completo.
Le ha contado: “En el programa que tenía cuando tú eras un niño, ponía de aperitivo precisamente endivias con queso azul, rebajado. Sí, con un poquito de nata”. De este modo, ha dejado claro que la receta de hoy tenía raíces muy profundas en su historia profesional y personal.

Este tipo de revelaciones hacen de Cocina abierta algo más que un programa de recetas. Es también un espacio de memoria, de conexión emocional, y de construcción familiar. Ver juntos a padre e hijo compartiendo fogones y confidencias crea un vínculo con los espectadores, muchos de los cuales llevan décadas siguiendo a Karlos.
Es precisamente esta naturalidad con la que habla de sus recuerdos, de su mujer y de su familia, lo que ha convertido al chef vasco en un icono de la televisión. Su estilo único, que mezcla cocina, humor y humanidad, sigue vigente, y la entrega de hoy lo confirma una vez más.