La princesa Charlene de Mónaco ha encontrado en Roc Agel un refugio único donde descansar y alejarse del bullicio del Principado. Esta finca exclusiva, ubicada en un monte de la comuna de Peille, se ha convertido en el lugar favorito de la familia Grimaldi desde 1957. La finca ha sido escenario de numerosos momentos privados y de recuperación para Charlene, especialmente tras sus problemas de salud recientes.
Situado a unos 20 minutos en coche y a 760 metros de altitud, Roc Agel se encuentra en un entorno natural privilegiado, lejos del centro urbano y de las miradas indiscretas. La propiedad, que ocupa 56 hectáreas, está rodeada de un espeso bosque de álamos, sauces y pinos, plantados por el príncipe Rainiero III para preservar la privacidad de su familia. Desde su adquisición por los entonces recién casados Rainiero y Grace Kelly, este lugar ha simbolizado un verdadero santuario para los Grimaldi.
La historia se remonta a la mitad del siglo XX, cuando la pareja principesca compró esta finca agrícola con ganado y cultivos ecológicos, donde hoy aún pastan vacas Jersey y gallinas que abastecen las cocinas del Palacio. En 2015, Charlene y Alberto renovaron la propiedad para adaptarla a los gustos modernos sin perder su esencia rural. Desde entonces, la princesa ha encontrado allí momentos de paz y tranquilidad, jugando al tenis, cuidando su huerto y disfrutando en familia.
Charlene y su refugio privado: un enclave histórico y familiar
Este refugio en plena naturaleza ha tenido un significado especial para Charlene, quien ha pasado largos periodos para recuperarse de sus problemas médicos que le impidieron abandonar Sudáfrica durante meses. En este lugar, alejada del foco mediático, la princesa ha podido reencontrarse consigo misma y recargar energías junto a sus hijos y el príncipe Alberto.
Además de su valor privado, Roc Agel guarda memorias emotivas para la familia. Fue desde esta finca donde la princesa Grace Kelly salió el día fatídico en 1982, cuando sufrió el accidente mortal. Sin embargo, el ambiente tranquilo y campestre ha seguido ofreciendo consuelo a los Grimaldi a lo largo de las décadas.
El secreto mejor guardado de Charlene
Esta propiedad, conocida como el secreto mejor guardado de Charlene en Mónaco, combina a la perfección privacidad y confort. Su ubicación privilegiada permite alejarse del bullicio del Principado sin perder la cercanía con la familia y el palacio. Así, la finca se ha consolidado como un espacio donde la tranquilidad y la vida cotidiana conviven en armonía.
Hoy es el santuario donde Charlene encuentra paz y una vida serena, lejos de las tensiones propias del Principado. Allí, la naturaleza, el deporte y la privacidad se unen para convertirlo en el verdadero hogar fuera del palacio real. Sin duda, Roc Agel seguirá siendo el refugio predilecto de la familia Grimaldi en los próximos años.