La princesa Ingrid ha logrado convertirse en el centro de todas las miradas durante el último acto institucional al que ha acudido. Y prueba de ello son las imágenes de la hija de Mette-Marit que han comenzado a circular en las redes sociales.
El pasado lunes, 23 de junio, el Palacio Real de Oslo se convirtió en el escenario de una cena de gala presidida por los reyes Harald y Sonia de Noruega. Evento que se celebró con motivo de la visita oficial del presidente Emmanuel Macron y su esposa Brigitte.

Una cita que, sin duda, marcó un momento histórico, ya que la última vez que un mandatario francés visitó el país nórdico fue en el año 1984, hace ya cuarenta años.
Sin embargo, y a pesar de todo el lujo que rodeó dicha reunión, no hay ninguna duda de que la gran protagonista de la velada fue la princesa Ingrid Alexandra. Tanto es así que, desde entonces, su participación ha captado la atención de los internautas y medios de comunicación internacionales.
La hija de Mette-Marit, y la segunda en la línea de sucesión, deslumbró con su elegante vestido, que generó un gran impacto visual, y una tiara llena de historia familiar.
Según ha trascendido, la elección de la princesa Ingrid no fue solo estética, sino que también escondía un gesto con mensaje. La prenda, firmada por Vivienne Westwood, rinde homenaje a una diseñadora que fue símbolo de la moda consciente y reivindicativa.
La princesa Ingrid, hija de Mette-Marit, deslumbró durante la cena de gala celebrada en el Palacio Real de Oslo
La gala comenzó en la conocida Sala de las Aves, una de las más emblemáticas del Palacio Real. Allí se llevaron a cabo los saludos oficiales entre las delegaciones y también el tradicional intercambio de obsequios.
La princesa Ingrid hizo su entrada acompañada de sus padres, el príncipe Haakon y la princesa Mette-Marit. Su presencia generó una enorme expectación, ya que solo había participado en una cena de gala anteriormente.

Además, ya se ha confirmado que dicha cita institucional ha sido una de sus últimas apariciones públicas antes de comenzar con su nueva etapa de estudios en Australia.
Para la ocasión, la princesa Ingrid lució un vestido borgoña de satén con escote palabra de honor y corsé, creación de la icónica Vivienne Westwood. La diseñadora británica, fallecida en 2022, fue pionera en denunciar el impacto medioambiental de la industria textil.
De hecho, en el año 1992, Westwood fue condecorada con la Orden del Imperio Británico por su contribución a la moda y la sostenibilidad. Por eso, la elección de la hija de Mette-Marit no ha pasado para nada desapercibida.
En cuanto a las joyas, la princesa Ingrid volvió a usar la misma tiara de diamantes y perlas que llevó en su 18º cumpleaños. Esta pieza fue propiedad de su tatarabuela, la princesa Ingeborg de Suecia, quien la recibió de su esposo, el príncipe Carlos de Suecia.
Posteriormente, la heredó la princesa Ragnhild, hermana mayor del rey Harald. Sin embargo, cumpliendo con el deseo de su madre de regalársela a la futura reina de Noruega, su hijo se la cedió a Ingrid al alcanzar la mayoría de edad.