La princesa Leonor se dispone a escribir una página inédita en la historia monárquica española embarcando como guardiamarina en la avanzada fragata Blas de Lezo. Con 19 años, la heredera culmina su formación militar integral que incluye academia terrestre, navegación en Elcano y ahora maniobras navales reales.
Tras atracar en el puerto de Nueva York, Leonor regresa a España para ingresar en la que será su nueva ‘casa’. “Es una de las fragatas más capaces y avanzadas del mundo; preparada para operar en escenarios demandantes”, explica el jefe de la embarcación.

La princesa Leonor continúa haciendo historia
La princesa Leonor ya ha llegado a Nueva York para culminar así su formación en Elcano. Desde allí, cogerá un avión rumbo a España mientras el resto de sus compañeros continúa con la navegación. No obstante, a la heredera todavía le queda una parada antes de regresar a la Zarzuela.
Su siguiente destino será la fragata Blas de Lezo donde la princesa continuará haciendo historia. En la que será su nueva ‘casa’, la princesa conocerá de primera mano en qué consisten las maniobras navales reales. Esto es, el funcionamiento de los misiles y la capacidad de encontrar al enemigo en alta mar.

La Blas de Lezo pertenece a la clase Álvaro de Bazán, distinguida por su radar capaz de rastrear noventa blancos simultáneos a casi 500 kilómetros. Con misiles, artillería y torpedos, la fragata garantiza protección antiaérea, antisuperficie y antisubmarina de vanguardia óptima.
En esta nueva etapa, la princesa Leonor conocerá su manejo, efectuará guardias, prácticas de maniobra, adiestramientos de control de daños y ejercicios de tiro. Nunca antes una mujer tan cercana al trono español realizó despliegue operativo prolongado en fragata como el que hará ella en unos días.
Por ello, la sucesora de Felipe hará historia, a la par que continúa los pasos que en su día dio su padre y su abuelo. La experiencia en la fragata Blas de Lezo será un aprendizaje fundamental para su futuro reinado. Allí permanecerá hasta principios de julio, fecha en la que volverá a subirse en Elcano para culminar la última parada del buque-escuela.
La princesa Leonor comienza con sus maniobras militares
La fragata Blas de Lezo no es cualquier embarcación. El buque sirve habitualmente como escolta en fuerzas de la OTAN, participando en operaciones en el Báltico y el Mediterráneo. Pedro Ramos Carbonell, el jefe de esta embarcación, la describe como “una de las más capaces y avanzadas del mundo”.
No en vano, cuenta con una gran tecnología y equipación, diseñadas “para operar en escenarios demandantes”. La princesa Leonor deberá adaptarse a este nuevo entorno, totalmente diferente al de Elcano. Además, compartirá espacio con 200 personas más encargadas de enseñarle todo lo necesario en cuestión de seguridad y protección naval.

Los oficiales aprovecharán su presencia para impartir nociones de liderazgo naval, ética del mando y toma de decisiones bajo presión. Y es que se trata de un buque de guerra, lo que llevará a Leonor a convertirse en militar con todo lo que eso conlleva.
Durante un mes, la princesa convivirá con misiles, bombas y sistemas de guerra electrónica. También experimentará el lanzamiento de un torpedo real desde el submarino S-81 Isaac Peral a objetivos de verdad.
La princesa Leonor sabrá lo que es participar en acciones de guerra en un buque creado para ello. No obstante, dejando a un lado la intensidad a la que se enfrentará durante un mes, la heredera también contará con ventajas.
Dispondrá de un camarote más grande, además de una buena conexión a internet. Lo que le ayudará a tener un contacto más cercano con los suyos antes de reencontrarse definitivamente con ellos.