Durante años han intentado mantener una imagen cercana, pero esta vez la situación parece haber sobrepasado un límite. Desde Holanda llegan señales claras de alarma sobre la figura de los reyes Guillermo y Máxima. Aunque todo apunta a unas simples vacaciones de verano, lo que hay detrás está generando un descontento social que ha encendido el debate nacional.
A diferencia de otros soberanos europeos, los monarcas neerlandeses han elegido pasar sus vacaciones fuera de su país. Las críticas no se han hecho esperar y muchos consideran que han dado un paso en falso que podría costarles su ya cuestionada popularidad. ¿Por qué ha generado tanto malestar su decisión? ¿Qué tiene de especial este viaje que ha levantado tal oleada de reacciones?

La imagen de los reyes Guillermo y Máxima durante sus vacaciones preocupa a los holandeses
El malestar que se respira en Holanda con respecto a sus reyes no es nuevo. Sin embargo, en esta ocasión la polémica ha alcanzado niveles especialmente altos debido a una cuestión simbólica: el destino elegido por Guillermo y Máxima para disfrutar de su descanso veraniego. Lejos de optar por enclaves nacionales, como hacen la mayoría de sus homólogos europeos, han puesto rumbo a su villa privada en Grecia.
Todo comenzó hace más de una década, cuando la pareja decidió vender su residencia estival en Mozambique. Luego, adquirió una lujosa propiedad en Kranidi, una exclusiva zona en la península del Peloponeso.
Esta villa, valorada en cinco millones de euros y con vistas privilegiadas al mar Egeo, ha sido su refugio en múltiples ocasiones. Se trata de un refugio con piscina y puerto privado, a más de dos mil kilómetros de distancia. Ahora, en plena temporada alta, su elección ha sido tachada de elitista, desconectada de la realidad del país y, sobre todo, inoportuna.

El diario Story ha publicado duras críticas hacia los soberanos. La experta en realeza Justine Marcella lo expresa sin tapujos: "Podrían aprender un par de cosas de sus colegas de la realeza. Me encantaría que pasaran sus vacaciones en Zelanda, Limburgo o Tersechelling ¡Porque los Países Bajos son preciosos! Aunque no creo que lo hagan nunca".
Los comentarios de Marcella no han sido los únicos, ya que el especialista Jeroen Snel ha aportado una visión conciliadora, pero también crítica. "Estoy deseando ver las imágenes del rey Guillermo y la reina Máxima en bicicleta. No es que tengan que quedarse aquí semanas, un fin de semana largo o entre semana también estaría bien", comenta.

El medio holandés también recuerda un episodio que aún pesa en la memoria colectiva. En octubre de 2020, en plena pandemia de COVID-19, Guillermo y Máxima viajaron con sus hijas a esta misma villa de Grecia, saltándose las recomendaciones de no viajar al extranjero. Tras la ola de indignación que provocó su escapada, se vieron obligados a regresar antes de tiempo y pedir disculpas, admitiendo su "imprudencia".
El contraste con otras Casas Reales reabre el debate sobre el ejemplo de Guillermo y Máxima
Estas declaraciones ilustran el sentir general: los holandeses no exigen renuncias drásticas, sino gestos que los acerquen a su gente. Algo que muchos consideran que los reyes Felipe VI y Letizia de España han conseguido con su tradicional estancia en Mallorca.
Y es que el descontento no surge solo del lujo que representa su villa en Grecia, sino del contraste con lo que hacen otros monarcas. La familia real danesa, a pesar de sus propias polémicas por alargar las vacaciones, pasa largas temporadas en sus palacios nacionales como Marselisborg o Graasten.
Los monarcas noruegos hacen lo propio en el palacio de verano de Oscarshall. El príncipe Alberto de Mónaco apenas se aleja de su residencia de Roc Agel, mientras que Carlos III y Camila se refugian en Balmoral.

Estos ejemplos, citados por los medios neerlandeses, refuerzan la idea de que pasar las vacaciones en casa no solo es un gesto de cercanía, sino también una forma de dar ejemplo. En ese sentido, Guillermo y Máxima parecen haber vuelto a alejarse del sentir mayoritario. Ahora, han generado una brecha que se percibe cada vez más difícil de cerrar.
No cabe duda de que la nueva polémica que salpica a Guillermo y Máxima refleja una tensión persistente entre lo que se espera de la realeza y lo que realmente hacen. La reacción del pueblo holandés confirma que las decisiones aparentemente privadas pueden tener consecuencias públicas. ¿Aprenderán los monarcas de esta situación para reconectar con su país y evitar nuevos errores?