Mette-Marit, la princesa heredera de Noruega, atraviesa uno de los capítulos más complicados de su vida y de la Casa Real. Su imagen pública se ha visto afectada tras las graves acusaciones que enfrenta su hijo mayor, Marius Borg, que tienen en vilo al país nórdico.
En medio de esta tormenta, la princesa se mantiene discreta y alejada del foco mediático. Al mismo tiempo, la justicia avanza en una investigación que podría cambiar el curso de la familia real.

Mette-Marit, investigada por los mensajes con Marius Borg
El caso que sacude a la monarquía gira en torno a Marius Borg, hijo de Mette-Marit e hijastro del príncipe Haakon. La Fiscalía ha imputado formalmente al joven por varios delitos graves, incluyendo cuatro cargos de violación y otros 28 relacionados.
De confirmarse las acusaciones, podría enfrentarse a una pena de hasta diez años de prisión. Aunque todavía falta el juicio, la presión sobre la Casa Real noruega es enorme. Un punto clave de la investigación está en la implicación indirecta de la princesa Mette-Marit.
Según ha trascendido, durante un altercado ocurrido en noviembre con la exnovia de Marius, la princesa habría intervenido. "Notificó a Marius Borg que la policía iba a arrestarle y limpió la casa de su hijo", señalan fuentes cercanas al caso.

La policía contactó a Marius poco antes de detenerlo, y en ese tiempo la princesa habría ayudado a retirar pruebas de la vivienda. Posteriormente, ella misma lo llevó a la escuela donde lo esperaba la policía.
Nuevos problemas para Mette-Marit
Sobre la participación de familiares en la investigación, el fiscal general de Noruega, Sturla Henriksbø, fue muy claro. "En la medida en que existan mensajes entre particulares y familiares del acusado relacionados con el caso, se habrán incluido en el material de investigación".
Esto confirma que la pesquisa incluye todas las comunicaciones que puedan aportar información relevante, sin excluir a nadie. Hasta ahora, el único miembro de la familia real que se ha pronunciado públicamente sobre las imputaciones ha sido el príncipe Haakon.

En un acto oficial en Trondheim declaró: "Ya se ha aclarado cuál será la acusación. Ahora le corresponde al tribunal decidir. Por nuestra parte, seguiremos cumpliendo con nuestras tareas".
Añadió que "todos los implicados en el caso lo han encontrado desafiante y difícil. En cuanto al asunto, hay otros que están en mejor posición para hablar de ello", concluyó el futuro monarca.
Mientras la princesa Mette-Marit cumple 52 años, enfrenta este duro momento con una fuerte discreción pública. Su salud también ha sido motivo de preocupación. Sin embargo, prefiere mantenerse alejada y no hacer declaraciones sobre el escándalo que afecta a su familia.