La familia real se prepara un verano más para trasladarse a Mallorca. Como cada año, Marivent vuelve a ser el escenario elegido para su descanso estival, con una agenda que combina compromisos oficiales y tiempo privado. La isla ya se prepara para acoger a los reyes, sus hijas y posiblemente otros miembros de la familia.
Mallorca se convierte, así, en una especie de telón de fondo discreto para la vida de la Casa Real. Lejos del ruido mediático y de las tensiones institucionales, Marivent se transforma cada verano en su refugio habitual. Pero este año, una decisión del rey Felipe VI ha puesto a doña Sofía en el centro del foco.
Vacaciones con agenda y discreción
Durante su estancia en Mallorca, los reyes suelen mantener algunos compromisos oficiales. Encuentros con autoridades baleares, audiencias y visitas culturales forman parte del calendario. En ocasiones, han recibido a figuras internacionales en este mismo entorno.
Pese a su carácter vacacional, Marivent no deja de ser una residencia institucional. En los últimos años, se ha convertido también en un escenario para reforzar la imagen cercana y familiar de la Corona. Desde saludos espontáneos hasta paseos por el puerto, todo se mide con cuidado.
El protocolo es relajado, pero constante. Acompañados de la princesa Leonor y la infanta Sofía, los reyes aprovechan para compaginar vida familiar y deber institucional. Esa mezcla se ha convertido en una tradición del verano real.
Un palacio sin corona pero con historia
Marivent no es, oficialmente, un palacio real. Fue construido en los años veinte y donado décadas después al Estado con intención de convertirse en museo. Sin embargo, el destino quiso que acabara en manos de la familia real en los años setenta.
Desde entonces, se ha mantenido como la residencia estival de los monarcas españoles. Aunque no tiene siglos de historia como El Pardo o La Zarzuela, ha ganado un simbolismo especial. Cada fotografía desde sus jardines o cada recepción en sus terrazas refuerza su papel institucional.
Su ubicación, sobre un acantilado frente al Mediterráneo, refuerza su atractivo. Su nombre, 'mar y viento' en catalán, resume perfectamente su esencia: un lugar apartado, discreto y vinculado a la brisa veraniega.
Un refugio dentro del refugio
Dentro del complejo de Marivent, Felipe VI y Letizia no se alojan en el edificio principal. Prefieren Son Vent, una casa independiente dentro del recinto. Fue cedida por el Ejército del Aire y se ha convertido en su refugio particular.
La vivienda cuenta con salones, terrazas, dormitorios y una piscina privada. La familia la utiliza cada año, manteniendo distancia del palacio principal donde antiguamente residían don Juan Carlos y doña Sofía. Esa separación también ha sido vista como una forma simbólica de marcar un nuevo tiempo.
El lugar ofrece privacidad y permite a los reyes mantener su rutina alejada de las cámaras. Aun así, en momentos puntuales, se dejan ver en actividades públicas o familiares para reforzar su imagen cercana y comprometida.
Se confirma el rumor que deja a la reina Sofía en el punto de mira
Durante semanas, se especuló con que este verano podría haber cambios en el destino de las vacaciones de los reyes. Algunas fuentes apuntaban a que Felipe VI y Letizia valoraban no regresar a Marivent este año. Incluso se llegó a sugerir que el palacio podría cederse al pueblo balear como espacio institucional abierto.
Finalmente, el equipo del rey ha confirmado el rumor: los reyes sí estarán en la isla este verano. Una confirmación que ha puesto a la reina Sofía en el foco, ya que Marivent no era el destino que Letizia tenía previsto. Según fuentes cercanas, fue un deseo expreso de doña Sofía, que aún sueña con pasar los veranos en Mallorca.
Este gesto ha sido interpretado como una forma de respeto del monarca hacia su madre. Aunque Letizia nunca ha mostrado especial interés por este destino, Felipe ha querido mantener la tradición. Una decisión familiar con peso simbólico, que deja a doña Sofía —una vez más— en el centro de las miradas.