La princesa Ana, siempre discreta, se ha convertido en uno de los pilares del reinado de su hermano, el rey Carlos III. Su estilo sobrio y su vida alejada del foco mediático contrastan con el de otros miembros de la familia real.
Entre esos gestos de sencillez destaca el hogar que escogió hace casi cinco décadas como residencia principal. Se trata de Gatcombe Park, una finca campestre ubicada en el condado de Gloucestershire, al suroeste de Inglaterra. Un lugar íntimo y rodeado de naturaleza, que refleja a la perfección la personalidad de la única hija de Isabel II.
Un regalo de bodas convertido en refugio
La historia de Gatcombe Park está vinculada a la tradición de la familia real británica. En 1976, la reina Isabel II adquirió la finca para obsequiársela a su hija con motivo de su boda con el capitán Mark Phillips.
Desde entonces, la princesa Ana ha residido en este enclave, que cuenta con cinco dormitorios principales, varios salones, una biblioteca y un invernadero. La construcción, realizada con piedra de Bath, mantiene el encanto clásico de las casas rurales inglesas.
Tras su divorcio, la finca se dividió en dos zonas para facilitar la vida familiar. Ana continuó en la residencia principal, mientras que su exmarido se instaló en Aston Farm, parte de los terrenos colindantes.
Un espacio donde reina la pasión por los caballos
Gatcombe Park no es solo un hogar, sino también un centro de actividades ecuestres. La finca alberga torneos de gran relevancia que reúnen a miles de visitantes cada año. El más importante tiene lugar en agosto y atrae a más de 40.000 personas, convirtiéndose en una cita señalada del calendario deportivo.
La princesa Ana, gran apasionada de los caballos, participa activamente en la organización de estas competiciones. Ella misma diseña los circuitos y suele dejarse ver por los recintos durante las pruebas. Los visitantes no se sorprenden al encontrarse con la princesa observando las carreras o conversando con los participantes.
Además de los concursos ecuestres, la finca acoge ferias de artesanía y moda en distintas épocas del año. Los asistentes pueden disfrutar de exposiciones al aire libre y puestos gastronómicos, en un ambiente familiar. La propia Ana aprovecha para recorrer los puestos y realizar algunas compras con total naturalidad.
Una residencia que refleja la vida de la princesa Ana
Visitamos la casa en la que vive la princesa Ana en Inglaterra: en plena naturaleza. El lugar es un reflejo de su carácter austero y de su pasión por la vida sencilla. Allí dedica gran parte de su tiempo a la explotación agrícola y a la cría de caballos.
La finca ha sido escenario de momentos entrañables de la familia. En sus terrenos crecieron sus hijos, Peter y Zara, quienes disfrutaron de la libertad del campo. Hoy en día, Zara Tindall continúa viviendo en Gatcombe Park junto a su marido y sus tres hijos.
El estilo de vida de la princesa ha convertido a la finca en un símbolo de continuidad y pragmatismo dentro de la monarquía británica. Durante la pandemia, incluso se compartieron imágenes del interior, que mostraban la decoración intacta desde hace cuatro décadas. Con ello, Ana volvió a demostrar que para ella la autenticidad está por encima de las modas pasajeras.