En muchas casas, la lata de conservas es más que un simple alimento de emergencia. Carlos Álvaro, conocido en redes como 'El Catalatas', ha explicado en Código de Barras que estas latas pueden ser una auténtica fuente de salud y nutrición. Según su experiencia, incluso se podría sobrevivir un año únicamente con latas como las de sardinas, una afirmación que invita a reflexionar sobre su valor.
Las conservas enlatadas han ganado en popularidad no solo por su practicidad, sino también por sus propiedades nutricionales. En un mundo donde la alimentación saludable y funcional cobra cada vez más importancia, estos productos se presentan como una opción accesible y duradera. La facilidad para almacenarlas y la riqueza de nutrientes que aportan convierten a estas latas en un recurso valioso para cualquier despensa.

Una lata de sardinas con más beneficios de los que imaginas
El especialista ha destacado que las sardinas en lata son conocidas como “la farmacia en lata”, y esto no es casualidad. A diferencia de las sardinas frescas, que suelen consumirse sin espinas, las latas las incluyen, y durante el proceso de conservación esas espinas se vuelven porosas y comestibles. Álvaro ha subrayado que “apretándolas con la lengua, se deshacen”, lo que las convierte en una fuente excepcional de calcio.
Esta característica es especialmente beneficiosa para personas con problemas óseos o padecen osteoporosis. “Para quienes necesitan fortalecer sus huesos, las sardinas en lata son un verdadero maná celestial”, ha explicado Álvaro. Además, ha recomendado no retirar nunca la espina porque, en su opinión, es probablemente lo mejor que tiene la sardina.
El experto también ha compartido que la calidad de la lata y el proceso de conservación son determinantes para que las sardinas mantengan sus propiedades. Ha asegurado que las mejores conservas son las que provienen de temporada rigurosa y que han sido tratadas cuidadosamente en fábrica. En este sentido, la calidad del aceite empleado para conservarlas resulta fundamental para mantener su sabor y valor nutricional.
El secreto mejor guardado de tu despensa
Romero ha relatado una experiencia personal en la que probó una sardina en lata con más de 20 años de caducidad, y aseguró que fue la mejor que había probado en su vida. Explicó que el proceso de esterilización de la lata impide la putrefacción, lo que hace que la conservación sea prácticamente eterna. Esta durabilidad convierte a las conservas en alimentos muy seguros y confiables.
Por último, el especialista ha advertido que, aunque las sardinas en lata son altamente recomendables, no son ideales para todas las personas. Aquellos que tengan problemas de tensión arterial o que deban controlar su ingesta de sal deberían consumirlas con moderación. Así, Álvaro recuerda que, como en todo, la clave está en el equilibrio y la moderación para aprovechar sus beneficios sin riesgos.