Mario Alonso Puig , experto en salud mental, con cabello oscuro y gafas sonriendo con signos de interrogación rojos a su lado izquierdo

Mario Alonso Puig, coach y médico: 'Esta es la señal de amor verdadero, huye del otro'

Mario Alonso Puig te avisa de que no todo lo que se presenta como amor lo es

El amor tiene muchas caras. Algunas nos hacen bien, otras nos desgastan. El doctor Mario Alonso Puig lo deja claro: no todo lo que parece amor realmente lo es. Y cuando se trata del falso, conviene alejarse sin mirar atrás.

Médico, conferencista y referente en desarrollo personal, Puig lleva años hablando sobre cómo las emociones influyen en la salud. En sus intervenciones más recientes, ha puesto el foco en una idea poderosa: el amor genuino tiene la capacidad de sanar. Pero también advierte que hay formas de amar que pueden dañar profundamente.

Mario Alonso Puig o sentado en una oficina, apoyando el mentón en su mano, con bustos de modelos anatómicos en primer plano.
No todo el amor es sano ni bueno | Cedida

Para él, el verdadero amor no nace de la necesidad. No se apoya en la dependencia ni en la búsqueda de compensaciones. Al contrario, surge cuando uno ya está en paz consigo mismo. Desde ahí, se puede amar de forma libre, sin condiciones ni exigencias.

Mario Alonso Puig y el amor verdadero

Puig lo explica con claridad. Muchas relaciones fracasan porque se busca en el otro lo que uno no ha resuelto dentro. “Exigimos que nos compensen”, afirma. Esa actitud, según él, genera una tensión constante y se pierde la alegría de compartir y aparece la presión por cumplir expectativas.

El amor sano, en cambio, no exige, no quiere cambiar al otro y no impone, ni convierte el afecto en una obligación. Es una presencia que acompaña, pero que no anula. “Permite ser uno mismo”, repite el doctor en varias de sus charlas.

Más allá de lo emocional, también habla desde la medicina. Puig recuerda que el amor tiene efectos reales sobre el cuerpo:  Eleva la oxitocina, baja el cortisol, mejora el sistema inmune y protege al corazón. Incluso puede influir en la longevidad. En sus palabras: “El amor no solo te cambia el ánimo, también tu biología”.

Hombre mayor con gafas sonriendo y un emoji amarillo sonriente a su lado
Hay un amor que no te pide nada a cambio | Instagram, es.catalunyadiari.com, @marioalonsopuig

Pero si ese amor se basa en la exigencia, los efectos son muy distintos. La presión constante, la necesidad de aprobación o el miedo a no ser suficiente generan estrés. Ese estado sostenido, según Puig, termina enfermando. “Si alguien te hace sentir que no vales, sal de ahí cuanto antes”, aconseja.

Para identificar si uno está en el camino correcto, propone una pregunta sencilla: ¿me siento libre en esta relación? Si la respuesta es no, es momento de replantear el vínculo. El amor genuino, dice, no necesita permisos ni exige renuncias permanentes. Aporta calma, no ansiedad.

El mensaje es claro: primero hay que aprender a estar bien con uno mismo. Solo desde ahí se puede construir una relación saludable. “Cuando uno se ama bien, deja de aceptar cualquier cosa en nombre del amor”, explica.

Según Puig, no hay que tener miedo a dejar atrás un amor que no suma. Reconocerlo es un acto de valentía. El amor verdadero no duele, no agota, no controla. Acompaña, nutre y libera.

Y si no es así, mejor huir. Rápido.