Chase Bank ha lanzado una alerta urgente dirigida a clientes en Estados Unidos que quieren proteger sus ahorros en juego. Su mensaje es claro y sin rodeos: “tienes prohibido fallar” cuando se trata de identificar un nuevo fraude que puede arruinar la vida de cualquiera.
Chase ha querido subrayar varias cosas para que sus clientes no sufran este peligro creciente. Nunca responder, hacer clic ni llamar números o enlaces incluidos en mensajes de texto sospechosos.
Chase Bank no quiere que sus clientes sufran lo peor: este fraude es peligroso
Verifica siempre cualquier alerta contactando directamente a Chase a través del número oficial que aparece en su tarjeta o en la app, no el que se indica en el mensaje. Activa la autenticación de dos factores (2FA) para proteger el acceso a tu cuenta.

Deberías mantener actualizado el software y antivirus en todos los dispositivos, especialmente móviles. Chase insiste en su campaña de concienciación mediante alertas constantes por email, SMS y su Centro de Seguridad. Recordando que el smishing es real y puede golpear duramente si bajas la guardia.
¿Qué es el smishing y cómo operan los estafadores?
El smishing combina SMS y phishing: los estafadores envían mensajes de texto que parecen legítimos, incluso fingiendo ser Chase. Pueden alertarte sobre actividades sospechosas, bloqueos en tu cuenta o premios falsos.
El truco es que contienen enlaces maliciosos o números a los que llames, llevándote a un sitio web falso o a un fraude telefónico. Estas tácticas están bien estudiadas: Usan spoofing para que el remitente parezca real y aprovechan la urgencia emocional ante la pérdida de los fondos.

Te piden información crítica: nombre de usuario, contraseña, números de cuenta o incluso códigos de autenticación legítimos enviados por Chase.
Lo que tienes prohibido hacer: Chase Bank no quiere más disgustos
Chase deja claro cuál es el gesto prohibido para que tus ahorros en juego no desaparezcan. Nunca hacer clic en enlaces incluidos en un SMS sin verificar.
No debes contestar ni llamar a los números que aparezcan en mensajes de texto. Y no aportar datos personales aunque el mensaje parezca urgente o amenazante.
Evita compartir códigos de autenticación o contraseñas, ni siquiera si te dicen que es la única forma de “verificar tu identidad”. No hagas esto bajo cualquier circunstancia. Si dudas, llama tú al banco usando información oficial.