Primer plano de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina ambos mirando hacia la cámara con fondo oscuro difuminado

Iñaki Urdangarin (57 años) recibe una delicada información sobre la infanta Cristina

El entorno más cercano de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina atraviesa transformaciones que afectan a la familia

La vida personal de Iñaki Urdangarin continúa despertando interés incluso después de su separación de la infanta Cristina. Cada paso del exduque de Palma y de la hija de los reyes eméritos es seguido con atención por la prensa nacional e internacional.

Los últimos acontecimientos han situado de nuevo a la expareja en el centro del debate mediático. Esta vez, el foco no está en ellos directamente, sino en el entorno más cercano que durante años mantuvo una unión inquebrantable.

Claire Liebaert vestida con una blusa azul con estampado, mirando al frente con expresión seria.
La madre de Urdangarin consideraba a la infanta parte de su familia | Europa Press

Una relación marcada por la complicidad

La infanta Cristina siempre mantuvo un vínculo muy estrecho con Claire Liebaert, madre de Iñaki Urdangarin. La belga no ocultaba la buena relación con su nuera, a quien trataba con afecto y consideración incluso tras la separación. Su cercanía se había convertido en un ejemplo de complicidad dentro de la familia.

Durante años compartieron vacaciones, celebraciones familiares y momentos privados que reforzaban la confianza mutua. Claire veía en la infanta a la madre de sus nietos y la trataba como parte de su propia familia. Esta relación trascendió lo protocolario y se consolidó como un lazo personal difícil de romper.

Incluso después del estallido de la crisis matrimonial, la suegra continuó al lado de Cristina. Se mantenían llamadas frecuentes, encuentros puntuales y los habituales veranos en Bidart. Todo parecía indicar que el vínculo sobreviviría a cualquier adversidad, pero fuentes próximas aseguran que la relación ya no es la misma.

Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia paseando juntos por la calle
Iñaki pidió a su madre que bajara el contacto con Cristina por respeto a su relación con Ainhoa | Europa Press

Un giro que contó con el visto bueno de Iñaki

La noticia sobre el distanciamiento entre Cristina y Claire no ha sorprendido a Urdangarin. Según fuentes próximas, fue él mismo quien pidió a su madre que pusiera distancia con la infanta para evitar tensiones. La decisión estuvo motivada por el respeto hacia su nueva relación con Ainhoa Armentia.

Para Iñaki, mantener la cercanía de Claire con su exmujer era una situación incómoda. Sentía que esa dinámica complicaba la integración de Ainhoa en la familia y generaba un clima de malestar innecesario. Su petición fue clara: reducir la frecuencia de los encuentros y dejar atrás la familiaridad de años anteriores.

Claire aceptó a regañadientes, consciente de que su hijo pedía un gesto importante para su vida personal. Aunque le dolió poner distancia con Cristina, entendió que debía respetar la nueva etapa de Iñaki. Ese sacrificio, sin embargo, ha cambiado para siempre la relación que mantenía con la madre de sus nietos.

Montaje Juan, Pablo, Miguele Irene Urdangarin
Los hijos de Cristina e Iñaki también sienten el distanciamiento | Europa Press, es.catalunyadiari.com

Consecuencias en el entorno familiar

El distanciamiento entre Cristina y Claire también ha tenido impacto en los hijos de la expareja. Los nietos de la belga compartían numerosos momentos con su abuela y su madre, algo que ahora se ha visto reducido. Esta nueva situación ha alterado el equilibrio que se había mantenido tras el divorcio.

Para la infanta, la pérdida de esa cercanía supone un cambio doloroso en un apoyo que consideraba esencial. Claire fue una aliada en los momentos más complicados, y su ausencia en la vida cotidiana marca un antes y un después. La decisión ha sido entendida como una cesión a las circunstancias impuestas por Iñaki.

En conjunto, el episodio refleja cómo las rupturas sentimentales afectan no solo a la pareja, sino también a quienes están alrededor. La relación entre Cristina y Claire Liebaert es un ejemplo de ello: de una complicidad sólida se ha pasado a una cordialidad distante.