Jordi Cruz es uno de los grandes nombres de la gastronomía española. Con una carrera meteórica, tres estrellas Michelin y una presencia en televisión, su rostro y su cocina son más que conocidos por el gran público.
Pero detrás del chef exigente que muchos han visto en MasterChef hay una persona que, tras más de 30 años en la cocina, empieza a mirar su vida desde otra perspectiva. Una mirada más íntima y serena.

Jordi Cruz y su lado más desconocido
Durante su participación esta semana en el programa Cuines de TV3, donde cocinó junto a Arnau París, Jordi se mostró como pocas veces. Más que hablar de recetas, quiso hablar de sí mismo.
De cómo ha cambiado, de cómo ha aprendido a poner freno y de cómo su vida personal, su familia y sus prioridades han dado un giro en los últimos años. "La gente se piensa, porque en algún momento me han visto serio, tenso, que tengo mal carácter".

"Y a mí me cuesta mucho enfadarme, pero el día que me enfado, cuidado. Pero soy una persona muy tranquila", explicaba el chef catalán. Confesó que durante mucho tiempo vivió atrapado en una rueda de exigencia constante:
"Cuando estás todo el día como si te persiguiera un león, cuesta parar. He aprendido a tomarme las cosas un poco más tranquilitas, a pesar de llevar 30 años sin descanso". Jordi Cruz también habló sin filtros del peso del reconocimiento en su vida:
"Quizás por ego, o para que en casa estuvieran orgullosos, me pensaba que una forma era que me reconocieran. Cuando con 24 años recibí la primera estrella Michelin, y mi padre y mi madre estaban orgullosos, dije: ‘Ya está’".

Jordi Cruz no ha dudado en hablar sobre su futuro en Masterchef
Ahora, dice, valora otras cosas: "Yo, con mi ABaC tendría suficiente. No me haría falta ni hacer televisión ni tener cinco restaurantes. Con uno bien llevadito, que tuviera tiempo para estar en casa con mi mujer e hijos, con mi familia, no pasaría nada".
Y sobre la fama en televisión, es claro: "El poder lo tiene la televisión, no lo tienes tú. Eres conocido porque la televisión te pone allí. Pero tienes que ser consciente de que el día que no salgas por la pantalla, se ha acabado".
Jordi Cruz mira al futuro con los pies en la tierra y con una visión mucho más serena de lo que quiere. La cocina sigue siendo su gran pasión, por supuesto, pero con el tiempo ha aprendido que no lo es todo y que hay otros aspectos de la vida igual de importantes.