Han pasado más dos décadas desde que el caso Nóos sacudiera a la Familia Real Española. El escándalo colocó a Iñaki Urdangarin, entonces yerno del rey Juan Carlos, en el banquillo, donde terminó condenado por varios delitos. El proceso judicial se convirtió en un hito histórico al sentar a miembros de la realeza frente a un tribunal.
La infanta Cristina, esposa de Urdangarin, también se vio afectada por las investigaciones. Aunque resultó absuelta tras años de exposición mediática, su imagen quedó marcada. A día de hoy, nuevas revelaciones amenazan con reabrir viejas heridas y vuelven a colocarla en el centro de la polémica.

El peso de la causa judicial en la familia
El caso Nóos representó un antes y un después en la historia reciente de la monarquía española. Iñaki Urdangarin fue condenado en 2018 a cumplir pena de prisión por malversación, fraude a la Administración, prevaricación y delitos fiscales. Pasó casi tres años en la cárcel de Brieva, hasta conseguir la libertad condicional.
Durante la instrucción, la infanta Cristina fue llamada a declarar como imputada, aunque finalmente quedó absuelta. Aun así, la justicia le impuso el pago de una multa económica, un gesto simbólico que dejó en evidencia la magnitud del escándalo. El impacto fue enorme, tanto en su vida personal como en su papel dentro de la Casa Real.
La presión mediática y social llevó a la infanta y a sus hijos a trasladarse al extranjero. Primero Washington y después Ginebra se convirtieron en su refugio para intentar alejarse del foco mediático. Fue una estrategia para proteger a su familia y mantener una vida lo más normal posible.

El juez Castro señala más alto
En su libro más reciente, el juez José Castro, responsable de instruir el caso, ha vuelto a recordar lo vivido durante aquellos años. El magistrado no solo apunta a Urdangarin, sino que también señala directamente a Cristina y a su padre, el rey Juan Carlos. Sus afirmaciones han levantado nuevas olas de debate.
Castro asegura que, a su juicio, la infanta y el entonces monarca fueron artífices de decisiones que derivaron en el entramado de Nóos. Considera que Urdangarin asumió el papel de “pringado” dentro de una operación de mayor alcance. Sus palabras, recogidas en su libro, han reabierto interpretaciones de aquel proceso.
Estas declaraciones vuelven a poner sobre la mesa lo incómodo que resultó para la Casa Real aquel episodio. En 2015, el rey Felipe VI decidió retirarle a su hermana el título de duquesa de Palma. Una decisión dolorosa que marcó distancia institucional con el escándalo, aunque no evitó que siguieran las sombras.

Un presente marcado por nuevas revelaciones
El relato del juez Castro llega en un momento delicado para la monarquía. La infanta Cristina ha intentado mantener un perfil bajo en Ginebra, centrada en su trabajo y en su vida privada. Sin embargo, las palabras del magistrado la devuelven a una exposición que creía superada.
Los correos electrónicos, las disputas entre juez y fiscal y las conversaciones sobre su imputación vuelven a circular en los medios. Cada nuevo detalle ahonda en la herida y recuerda la fragilidad del blindaje institucional de aquellos años. Para Cristina, es un escenario que revive momentos difíciles.

