En un país donde los precios de los alimentos no dejan de subir, encontrar una opción deliciosa y asequible es casi un milagro. Los consumidores buscan cada vez más soluciones prácticas, rápidas y que no vacíen el bolsillo. En ese contexto, un producto ha logrado conquistar a millones por su sabor, precio y conveniencia.
Se trata del pollo asado de Costco, que desde hace años mantiene su precio fijo de 4,99 dólares. Este simple plato preparado vende más de 100 millones de unidades cada año en Estados Unidos. Incluso hay clientes que compran hasta 50 en una sola visita, impulsados por su sabor, su tamaño generoso y su excelente relación calidad-precio.

El secreto del éxito: sabor, jugosidad y precio
Aunque lo primero que llama la atención es el precio, su popularidad no se explica solo por eso. Muchos chefs y amantes de la cocina coinciden en que el pollo de Costco es especialmente sabroso y tierno. Su carne es jugosa, bien condimentada y lista para comer, lo que lo convierte en una solución ideal para la cena.
Parte del secreto está en la receta. Aunque todos los ingredientes exactos del condimento no son públicos, el etiquetado revela que contiene sal, fosfato de sodio, almidón modificado, dextrina de patata, carragenina, azúcar y dextrosa. Todos estos elementos actúan como una salmuera que realza el sabor del pollo, pero la clave está en las especias no especificadas, que le dan su toque único.
En cuanto a la textura, Costco también ha sabido diferenciarse, los pollos asados permanecen en los estantes por un máximo de dos horas. Pasado ese tiempo, se retiran y se usan en otros platos preparados. Gracias a esto, los clientes siempre encuentran carne fresca, caliente y tierna, sin rastro de sequedad o cocción excesiva.

Producción propia y estrategia de ventas
Desde 2019, Costco controla cada etapa del proceso gracias a su propia planta avícola en Nebraska, en colaboración con Lincoln Premium Poultry, revela All Recipes. Este sistema le permite estandarizar el tamaño (cada ave pesa unos 1,4 kg), garantizar la calidad del producto final y mantener los costes bajos. Además, al evitar intermediarios, consigue una cadena de suministro más eficiente.
El pollo asado cumple además una función estratégica: es un producto “gancho” que atrae a los clientes a la tienda. Está situado al fondo del local, lo que obliga a los compradores a recorrer los pasillos repletos de ofertas antes de llegar a él. Aunque Costco pierde dinero con cada pollo, según Richard Galanti, ex CFO de la empresa, alrededor de 40 millones de dólares al año, las compras adicionales que genera compensan la pérdida.
Por si fuera poco, el pollo es extremadamente versátil. Se puede servir entero, desmenuzar para tacos o ensaladas, o usar los huesos para hacer un sabroso caldo casero. Al final, es mucho más que una cena rápida: es uno de los mayores éxitos de Costco y un fenómeno que no deja de crecer.