Durante los últimos meses, grandes cadenas como Joann y JCPenney han anunciado el cierre de múltiples tiendas en el país. Estos anuncios han generado preocupación entre trabajadores y clientes habituales. Ahora, otra empresa reconocida se suma a esta ola de recortes en Estados Unidos.
Se trata de Rite Aid, la histórica cadena farmacéutica con sede en Filadelfia. La compañía ha confirmado que cerrará todas sus 178 tiendas en el estado de Nueva York. Esta decisión forma parte de un nuevo proceso de bancarrota bajo el Capítulo 11, el segundo en apenas dos años.

Una crisis que no da tregua
Rite Aid fue fundada en 1962 en Pensilvania y llegó a contar con más de 5.000 locales en su mejor momento. Sin embargo, los últimos años han estado marcados por pérdidas económicas constantes. La competencia de grandes superficies como Walmart y el crecimiento del comercio en línea han acelerado su caída.
En el área de Albany, quedaban once tiendas activas de Rite Aid, incluyendo dos en Troy y otras ubicadas en Saratoga Springs, Amsterdam y Glens Falls, entre otras. Todas ellas cerrarán pronto, y la empresa ya ha suspendido servicios como devoluciones, uso de tarjetas regalo y acumulación de puntos. Además, venderán los archivos de recetas médicas, sin garantizar que se trasladen a farmacias cercanas.
Los empleados de estas sucursales de Rite Aid ya han recibido la notificación oficial. Una carta del director ejecutivo, Matthew Schroeder, confirmó que los despidos comenzarán a partir del 4 de junio. Algunos trabajadores podrían seguir unas semanas más, pero la mayoría será despedida en un plazo de dos semanas.

Deudas, recortes y decisiones difíciles
Schroeder ha explicado que las condiciones del mercado se han vuelto insostenibles para Rite Aid. La empresa recibió recientemente una notificación de un proveedor que endureció las condiciones de pago, lo cual activó cláusulas de su préstamo bancario. Como resultado, los prestamistas se negaron a seguir financiando gastos como las nóminas.
La compañía se enfrenta también a juicios pendientes, tarifas más altas impuestas por arrendadores y proveedores, y un contexto económico desfavorable, según Times Union. Según el director, la situación se ha vuelto demasiado compleja para sostener las operaciones. Por eso, la única salida que ven es vender todos sus activos.

Todavía no está claro si Rite Aid encontrará un comprador único o si dividirá sus bienes entre distintos interesados. De momento, los locales y centros de distribución están siendo liquidados. El cierre de todas las tiendas en Nueva York marca un nuevo golpe para el comercio minorista en Estados Unidos.
La cadena Rite Aid se suma así a la larga lista de marcas que no han podido adaptarse a los cambios del sector. La transformación del consumo, los costes crecientes y la digitalización han sido factores determinantes. Y aunque otros negocios siguen operando, cada vez son menos los que pueden resistir el ritmo actual del mercado.