La economía estadounidense sigue lanzando señales contradictorias. Por un lado, el desempleo se mantiene bajo y la inflación se ha moderado respecto a años anteriores. Sin embargo, muchas familias siguen teniendo dificultades para llegar a fin de mes.
En este contexto de incertidumbre, la cadena de supermercados Kroger ha anunciado el cierre de 60 tiendas en los próximos 18 meses. Esta decisión sorprende en un momento en el que los consumidores recurren más que nunca a los supermercados para ahorrar en sus compras. A pesar de que algunos competidores apuestan por abrir más locales, Kroger apuesta por una estrategia contraria.

Una medida inesperada en plena demanda de alimentos
La inflación acumulada desde 2021 ha encarecido productos básicos y modificado los hábitos de consumo de millones de personas. Comer fuera de casa se ha vuelto todo un lujo, y por eso muchos optan por cocinar en casa y llenar sus despensas con alimentos comprados en supermercados. Esta situación ha beneficiado al sector, que ha visto aumentar la afluencia de clientes en busca de precios más accesibles.
Aun así, Kroger ha decidido reducir su presencia en varios puntos del país, cerrando establecimientos considerados poco rentables. Según la compañía, esta decisión forma parte de un plan para reestructurar su red de tiendas y liberar recursos. El objetivo es invertir en la modernización de otros locales y mejorar la experiencia del cliente.
Con sede en Cincinnati, Kroger cuenta actualmente con más de 2.700 supermercados repartidos por 35 estados, según The Street. Las 60 tiendas que cerrarán representan una pequeña parte del total, pero el impacto en comunidades locales puede ser significativo. Especialmente si estas zonas no cuentan con alternativas cercanas.

Un movimiento arriesgado ante una posible subida de precios
El panorama a corto plazo no es muy alentador para los consumidores estadounidenses, ya que se espera el fin de la actual pausa en las tarifas de importación. Esto podría provocar un nuevo aumento en el precio de alimentos y productos esenciales. En este escenario, los supermercados serán más importantes que nunca como puntos de abastecimiento económico.
Mientras algunas cadenas como Aldi planean abrir 225 nuevas tiendas antes de que acabe el año, Kroger, por su parte, ha optado por concentrar sus esfuerzos en la eficiencia interna. Además de renovar locales, la empresa quiere potenciar su oferta de productos de marca blanca. Esto podría atraer a clientes que buscan ahorrar sin sacrificar calidad.
Sin embargo, cerrar locales podría ser una jugada arriesgada si la demanda sigue creciendo. Kroger podría perder terreno frente a competidores con una red más amplia. Por ahora, no se han detallado cuáles serán las tiendas afectadas, por lo que los consumidores deberán estar atentos a futuros anuncios de la compañía.